jueves, 27 de agosto de 2009

ENGAÑOS


Según el diccionario, una mentira es una declaración que hace alguien de algo que no es cierto, con el fin de que los oyentes se lo crean.

La mentira más peligrosa es el autoengaño. Todo el mundo tiene una cierta predisposición al autoengaño, ya
que el ser humano tiene un gran bagaje emocional de creencias que pueden llegar a ser irracionales. De este bagaje depende, en gran medida, que el autoengaño se convierta en un modo de escapar de la una realidad no admitida.

La consciencia de las personas contiene un acúmulo de aprendizajes y experiencias, que hacen a cada persona ser como es en cada momento de su vida. En ese aprendizaje, uno mismo puede aprender mal de algunas experiencias, o recibir mensajes equivocados. En esos casos, el bagaje emocional del alma es mucho más sensible a algunas situaciones contrarias a las esperadas, incluso más debil.

Cuando el autoengaño se hace insoportable para uno mismo, las maneras de reaccionar pueden ser muy diversas: vivir una mentira, intentar huir de ella o afrontarla. Si se decide seguir viviendo la mentira, el mentiroso se siente cada vez más y más nervioso, con miedo y sin ganas de nada. Intentar huir de esa realidad montada, es quizás el modo más fácil de acabar con ella, pero a la larga es el modo menos adecuado, ya que no se puede huir de los recuerdos o los sentimientos, esos van contigo dondequiera que tu vayas.

El afrontamiento, es un paso dificil, pero también es liberador. A nivel moral, afrontar la mentira es un paso importante, ya que te conciencia del problema y es cuando realmente empiezas combatirlo, te permite empezar de nuevo tras el bache. Algunas personas dicen que ese es un acto valiente, pero para mí es necesario. Necesario para aprender, necesario para hallar la paz perdida durante la perturbación y necesario para la curación mental del mentiroso.

A menudo esas mentiras tienen origen en una falta de creencia, de amor propio o desconocimiento interior del propio ser. En ese caso, el afrontamiento pasa por el reconocimiento del problema y la autointegración y búsqueda interna de uno mismo. Es un proceso largo, a la vez que doloroso, pero estoy segura de que es un proceso reconfortante y de gran valor educativo y moral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario